14 sept 2009

Cien años del primer vuelo a motor español


"Vieron cómo el aeroplano, dirigido por el señor Olivert, hacía un recorrido rápido por tierra y cómo el aparato llegó a perder el contacto con esta con una facilidad grandísima". Así describió el Mercantil Valenciano la experiencia de la muchedumbre que se reunió en Paterna, a diez kilómetros de Valencia, para presenciar el recorrido de un biplano hecho con madera, acero y ruedas de bicicleta. Era el 5 de septiembre de 1909 y acababa de producirse el primer vuelo con motor que se hacía en España.

Cien años después, se expone al público en Paterna la réplica de un avión de la época construida por la Fundación Aérea de la Comunidad Valenciana. Es un Blériot XI, "el más representativo de la aviación europea a principios de siglo XX", según Julián Oller, comisario general de los actosconmemorativos


Dos años de reconstrucción
La construcción del aparato ha llevado dos años. Antes, hubo que rastrear museos de Estados Unidos y Francia para encontrar la documentación técnica necesaria. No es una réplica del avión que realizó aquel vuelo en 1909, el llamado biplano de Olivert, porque de este "no se han podido encontrar planos ni se tenía la seguridad de que, una vez construido, pudiera volar", explica Ollert.


En cualquier caso, la réplica permitirá hacerse una idea de cómo transcurrió aquel vuelo. Unas 4.000 personas se congregaron en el lugar elegido: la llanura de prácticas de artillería situada tras un cuartel militar. El piloto del biplano fue Juan Olivert Serra, uno de los constructores del aparato. Después de un pequeño contratiempo hubo que cambiar las bujías del motor porque no alcanzaba la potencia necesaria se produjo el milagro: el aparato se elevó varios decímetros y voló durante 50 metros. Olivert tuvo entonces que frenar para no estrellarse contra la muchedumbre y no pudo girar porque unos algarrobos le impidieron el paso. No obstante, se dio por satisfecho: el avión se elevó del suelo y respondió a su control.




La idea de construir el avión fue de un grupo de aficionados a la aviación del Círculo de Bellas Artes. Uno de ellos era el ingeniero Olivert, que se ofreció a construirlo. Con sus fondos completó la estructura. Para el motor y la hélice recibió 25.000 pesetas del Ayuntamiento de Valencia con la condición de que ambas adquisiciones le fueran devueltas.

Los interesados en revivir el momento podrán visitar la réplica del Blériot XI hasta el día 12 en la plaza del Ejército Español de Paterna. Habrá que esperar un poco más para verlo volar porque no se espera que obtenga los permisos necesarios hasta final de año.


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