16 nov 2009

Una nueva lluvia de meteoros podrá verse esta noche


Los amantes de la astronomía tienen esta madrugada la mejor oportunidad de observar las Leónidas, una famosa lluvia de meteoros que cada año es visible por estas fechas cuando la Tierra atraviesa la cola de desechos del cometa Temple-Tuttle. El fenómeno no es tan espectacular como el de las Perseidas, pero España será uno de los lugares en los que, al menos, se podrá contemplar parte del «show», según la Asociación de Astrónomos Aficionados de la Universidad Complutense de Madrid. Los interesados en echar un vistazo al cielo (esta noche es el momento más recomendable, aunque mañana también se repetirá la sesión) deberán alejarse de las luces de las ciudades y buscar un buen lugar de observación donde las estrellas aparezcan con claridad. Tampoco está de más cruzar los dedos en espera de que el tiempo acompañe.

¿Habrá mucho que ver? No merece la pena tener grandes expectativas y sí un espíritu paciente de cazador, porque, al contrario de otros años en los que estas estrellas fugaces hicieron las delicias de astronómos y curiosos, en esta ocasión se van a hacer desear: los expertos esperan de quince a veinte meteoros por hora, una cifra que contrasta con los ochenta o cien de las Perseidas de agosto o los 120 de las Gemínidas que llegarán en diciembre. En otras zonas del Planeta, más afortunadas, la tasa de fogonazos podría superar el centenar, según las previsiones más optimistas de algunos astrónomos.


Veloces y con estela

Las Leónidas se caracterizan por ser muy veloces (sobrevuelan el firmamento a una velocidad de 71 kilómetros por segundo, más de 50.000 por hora) y, generalmente, dejan una bonita estela. En realidad se trata de una lluvia de desechos sobrantes del Temple-Tuttle. Cuando la órbita del cometa alcanza el punto más cercano al Sol, llamado perihelio, arroja una gran cantidad de material. Si la Tierra pasa en ese momento por la cola de desperdicios, la lluvia es monumental. Es lo que ocurrió durante los años siguientes a 1998 . Así, 2000 y 2002 fueron años de «grandes tormentas». En estos momentos, sin embargo, se viven «los últimos coletazos» de ese fenómeno, con lo que el material visible es más disperso.

Si se anima a pedir un deseo esta noche, desde la revista StarDate recomiendan alejarse de las luces de la ciudad y buscar sitios oscuros como punto de observación. Recuéstese sobre una manta o un sillón reclinable para obtener una vista del cielo completo. Si puede ver todas las estrellas de la Osa Menor, está en el lugar adecuado. A partir de ahí ya es cuestión de buena suerte.




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