11 dic 2009

Descubren la estrella número veinte de la Osa Mayor


Un equipo internacional de científicos ha descubierto la estrella número veinte de la Osa Mayor, denominada Alcor B. Se trata de una de las luces que forman la cola de la osa y tiene en su órbita una pequeña enana roja. El hallazgo cambiará los libros de texto, ya que, hasta ahora, se creía que esta constelación estaba formada por sólo 19 estrellas, que resultan siete a simple vista.

Según el estudio, publicado en The Astrophysical Journal, este cuerpo estelar ha sido detectado por miembros del proyecto 1640, un equipo internacional que incluye a astrofísicos del Museo Americano de Historia Natural, la NASA, el Instituto Tecnológico de California y la Universidad de Cambridge.

El equipo utilizó una innovadora técnica para su descubrimiento, el «movimiento paraláctico común», un método que permite sacar de la oscuridad a estrellas «escondidas» detrás de otras observando su movimiento en relación a otras estrellas más lejanas, y que representa un «homenaje a Galileo», ha explicado Ben R. Oppenheimer, del Museo Americano de Historia Natural.

«Galileo sentó un tremendo pronóstico. Hace 400 años, estableció que si Copérnico estaba en lo cierto -que la Tierra orbitaba al Sol - podría demostrarlo mediante la observación del «movimiento paraláctico» de las estrellas más próximas. Increiblemente, Galileo recurrió a Alcor para comprobarlo, pero no dispuso de la precisión necesaria para conseguirlo», ha indicado Oppenheimer.

Alcor es una estrella relativamente joven con dos veces la masa del Sol. Este tipo de estrellas son relativamente raras, de corta vida y brillo. Alcor y sus parientes de la Osa Mayor se formaron de la misma nube de materia hace unos 500 millones de años, algo inusual para una constelación, ya que otras similares están compuestas de estrellas no relacionadas entre sí. Alcor comparte una posición en la Osa Mayor con otra estrella, Mizar. De hecho ambas fueron utilizadas en la antigüedad para realizar un test de agudeza visual -distinguir el caballo del jinete-.


Imperceptible al ojo humano

Ahora, Alcor nos ha presentado a su compañero, Alcor B. En marzo pasado, miembros del Proyecto 1640 instalaron su coronografía y óptica adaptiva en el Telescopio Hale del Observatorio Monte Palomar y lo dirigieron a Alcor. «Justo allí, pude localizar un tenue punto de luz próximo a la estrella», ha dicho Neil Zimmermann, miembro del equipo. «Nadie había informado de este objeto antes, y estaba muy cerca de Alcor, así que llegamos a la conclusión de que probablemente se trataba de una estrella asociada desconocida».

El equipo retornó meses después y volvió a observar estas estrellas, esperando probar que eran compañeras determinando el casi inapreciable movimiento de ambas en relación con otras estrellas más lejanas cuando la Tierra se mueve en torno al Sol, en otras palabras, calibrando su movimiento paraláctico. Si la supuesta compañera era una estrella asociada se movería junto con Alcor, y asi se comprobó.

Alcor y su nueva compañera se encuentran a unos 80 años luz y orbitan entre sí al menos cada 90 años. A lo largo de un año, la pareja se mueve en una elipse sobre el cielo a lo largo de 0, 08 arcosegundos de la órbita que describe la Tierra en torno al Sol.

Este movimiento es alrededor de mil veces más pequeño que lo que el ojo humano puede discernir, pero una fracción de este movimiento pudo ser fácilmente medida por la tecnología de los científicos del Proyecto 1640.





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