27 abr 2010

Encajan la última pieza del puzzle del fitato


Un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Madrid y la Universidad de East Anglia (Reino Unido) ha identificado la pieza final del puzzle de cómo se produce el fitato, un depósito natural de fosfato que se acumula en algunas partes de las plantas. El descubrimiento, que hoy publica PNAS, tiene importantes repercusiones en la industria agropecuaria, el medio ambiente y la salud del hombre, porque esta sustancia puede actuar como un elemento contaminante.

El fitato, una molécula con el complejo nombre de ácido myo-inositol 1,2,3,4,5,6-hexakis(dihidrogenofosfato), es un depósito natural de fosfato que se acumula en las semillas, judías y tubérculos de muchos cultivos. Hasta ahora su origen no era del todo conocido, pero investigadores del CSIC y de la Universidad de East Anglia (UEA, Reino Unido) acaban de identificar por primera vez la estructura molecular y el funcionamiento de la enzima que lo produce, la proteína IP5 2-quinasa, según publica esta semana la revista PNAS.

La presencia del fitato en el medio ambiente no siempre es beneficiosa. Como muchos animales no pueden digerir esta sustancia presente en su alimento, el fósforo del fitato se transfiere al suelo a través del estiércol, lo que favorece la contaminación nociva de las vías fluviales.

Por este motivo la industria alimentaria está añadiendo una enzima especial a sus productos, la fitasa, que permite a los animales absorber el fósforo que se encuentra en el fitato. Este es un proceso costoso, por lo que la industria necesita identificar los cultivos con bajo nivel de fitato, como el maíz, el arroz, el trigo, la cebada o la semilla de la soja.

El nuevo descubrimiento es la pieza que faltaba a los científicos para comprender cómo las plantas crean el fitato. Esta molécula no sólo es un elemento contaminante del medio, también puede actuar en los cultivos como un “antinutriente” que puede tener efectos perjudiciales para la salud humana.

En países en vías de desarrollo, donde las dietas se basan a menudo en cereales o judías con muy poco o nada de carne, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado al fitato como una de las principales causas de anemia ferropénica, una grave enfermedad que afecta a millones de personas.

“Este es un descubrimiento muy emocionante, ya que los científicos han estado buscando esta pieza final desde hace mucho tiempo, y porque el fitato además tiene un gran impacto en la agricultura, el medio ambiente y la salud humana”, destaca Charles Brearley, de la School of Biological Sciences de la UEA, coautor del estudio junto a la investigadora Beatriz González del Instituto de Química-Física "Rocasolano" del CSIC.

Según Victor Rabov, genetista del Departamento de Agricultura de EE UU, “entender este aspecto único de la química del fosfato de inositol tiene un amplio significado no sólo para la biología de plantas y la agricultura, sino también para el metabolismo y la transducción de señales en células eucarióticas no vegetales”.

“Por ejemplo, también ampliará nuestra comprensión sobre cómo funcionan la levadura, los mohos mucilaginosos y la mosca de la fruta, y puede jugar un papel importante para entender las enfermedades humanas y el diseño de terapias”, añade el investigador.


Referencia bibliográfica:

B González (CSIC), J Banos-Sanz (CSIC), M Villate (CSIC), C Brearley (UEA) and J Sanz-Aparicio (CSIC). "Inositol 1,3,4,5,6-pentakisphosphate 2-kinase is a distant IPK member with a singular inositide binding site for axial 2-OH recognition", PNAS, 26 de abril de 2010.




No hay comentarios:

Hemeroteca

Etiquetas