26 abr 2010

"Los hijos del cielo", Una hazaña médica de película


Según Luis Miguel Ariza, autor de «Los hijos del cielo», la ingeniosa idea de llevar la vacuna de la viruela por parte del médico español Francisco Javier Balmis, «bien merecería convertirse en una cinta de Spielberg».

Hace más de dos siglos tuvo lugar una de las hazañas de la historia de la Medicina que más consecuencias tendrían en el futuro. A principios del siglo XIX, un hombre de 50 años se embarcaría con más de un centenar de niños huérfanos para vacunar a las colonias españolas de una de las más terribles enfermedades que ha circulado por el planeta: la viruela. Resumido así no parece tan interesante, pero si se habla de una ingeniosa forma de transportar la inmunización frente a la enfermedad, los cuerpos de los pequeños, en un momento en el que las comunicaciones marítimas eran complicadas, dado que se tardaba meses en llegar a un destino y en los mares reinaba la piratería, suena más atractivo.

Con todos estos ingredientes, Luis Miguel Ariza, ha escrito una novela en la que mezcla realidad y ficción, y describe la última parte de la expedición filantrópica del médico alicantino Francisco Javier Balmis, que llevó la vacuna contra la viruela hasta el continente asiático, tras haberla repartido por el latinoaméricano. «No somos conscientes de la verdadera dimensión de la hazaña de este señor. Desde el primer momento en que me contaron la historia de Balmis, vi que era digna de una película de Steven Spielberg».


La novela

Ariza confiesa que desde que llegó a sus oídos la obra de Balmis, «me pudo el instinto periodístico e imaginé de forma clara la historia que quería contar». Fue un seminario sobre la expedición lo que le inspiró para llenar las casi 600 páginas, que recogen uno de los «thrillers médicos» más intrigantes de la historia de la Medicina. «A pesar de que podría considerarse una novela histórica, por la arquitectura de la misma podría ser un thriller. En apenas unos días, Balmis pierde uno de los niños, que lleva inoculada la vacuna, al caer en manos de los piratas al llegar a Macao. Y el tiempo corre en su contra», comenta al autor.

Con este género Ariza recupera la temática de la medicina, con la que se inició en el mundo de la novela con «La sombra del chamán», hace ocho años. «A diferencia de la primera novela, en ésta se ve la cara más positiva de la investigación médica. «Un hombre que arriesga su vida para repartir una solución a un problema que acaba con la vida de millones de personas», puntualiza Ariza. Y es que en su primer libro se criticaban de forma abierta las actitudes egoístas de una sociedad en la que las farmacéuticas hacen negocio con las enfermedades. «Hay muchas patologías para las que no interesa investigar, aquellas que afectan a los países más pobres, los olvidados. Y otras, como el sida, que sale más rentables convertirlas en crónicas que curarlas», subraya el autor.En cierto modo, con esta noveel periodista intenta homenajear a Balmis, prácticamente olvidado, y darle el sitio que se merece en la memoria, no sólo de los españoles, sino de la Medicina mundial. «Fue un hombre genial, en todos los sentidos. Un símbolo de la fortaleza y la valentía. Hoy la sociedad, en cambio, se ha vuelto más crédula, débil, no hay más qué ver que ha ocurrido con la supuesta epidemia de gripe A y ahora con las consecuencias del volcán», manifiesta.

Otro de los atractivos de la novela es la perfecta ambientación con la que se envuelve al lector desde las primeras páginas. Una tarea de chinos, si se tiene en cuenta que las fuentes disponibles son más bien escasas. «Tuve que leerme tratados de la época y buscar bibliografía de personajes que hubieran vivido en la China de aquellos tiempos, para poder ver con los ojos de un extraño todo lo que acontecía. Recurrí a un tratado británico de 1793, en el que la Embajada inglesa acudió al país para establecer relaciones comerciales, no con mucho éxito. Allí narraban historias con los piratas», explica con entusiasmo Ariza.





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