13 may 2010

Tela de araña cinco veces más resistente que el acero


Cinco veces más resistente que el acero y tres veces más que las mejores fibras sintéticas modernas, la seda que fabrican las arañas es un material fascinante que el ser humano se ha empeñado en imitar con, hasta ahora, pobres resultados. Nadie ha podido producir una tela semejante de forma artificial, un material capaz de estirarse hasta un 135% su longitud original sin romperse. ¿Cómo consiguen las arañas elaborar fibras tan estables y elásticas de las proteínas almacenadas en una glándula en tan sólo fracciones de segundo? Diferentes grupos científicos, entre ellos investigadores de la Tenchnishe Universitaet München (TUM), de la Universidad de Bayreuth (Alemania) y de la Universidad Complutense de Madrid, afirman haber dado un paso muy importantde para desentrañar el secreto. Sus trabajos, que aparecen publicados en la revista Nature, pueden ser sumamente útiles en el futuro para ser aplicados en la industria automotriz y en el material quirúrgico de sutura. Un tejido con propiedades no tan maravillosas como el del famoso traje de Spiderman, pero igual de resistente.

Durante años, los científicos han perseguido el secreto de la tela de araña. «La alta elasticidad y la resistencia extrema de su seda natural es incomparable», afirma el profesor Horst Kessler, del Instituto de Estudios Avanzado de la TUM. La seda de araña está compuesta por largas cadenas de aminoácidos. Algunas están entrelazadas para darles estabilidad y otras separadas, para conseguir elasticidad. No obstante, esa es la situación de una tela ya elaborada. Antes de empezar a formar la seda, la araña almacena en el entorno acuoso altamente concentrado de su glándula (ampulácea mayor), situado en el extremo posterior del cuerpo del animal, las proteínas del hilo, llamadas spidroínas.


Material para sutura

En el interior de la araña, las proteínas se mantienen en estado líquido, pero al desplegarse, un poco antes de salir, las proteínas entran en un conducto de hilado, se entrelazan y la seda sólida se fabrica. Sus interacciones moleculares son las que les proporcionan la fuerza y la elasticidad. Se trata de un proceso complicado, quizás poco impactante para el gran público, pero conocer estos detalles permitirá a los investigadores fabricar tejidos más resistentes que puedan aplicarse en la industria automotriz o en la elaboración de material quirúrgico de sutura. Un hilo semejante jamás se rompería. Resultaría mucho más seguro y eficaz.

Los investigadores de München han desarrollado un conducto de hilado artificial con una tecnología de microsistemas. Mientras, sus colegas de Bayreuth trabajan con intensidad para desarrollar un aparato de hilado biométrico, como una araña tejedora, pero artificial.





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