22 jun 2010

La clave de los combustibles del futuro en el Mediterráneo


Craig Venter acaba de acaparar las portadas de los periódicos de todo el mundo con la publicación de la primera célula fabricada en un laboratorio y con el décimo aniversario de la secuenciación del genoma humano. Pero las burbujas del éxito científico a Venter le duran los escasos minutos que tarda en felicitar a su equipo en el Craig Venter Institute.

Antes de que el público pueda olvidar las mieles de dos de los mayores descubrimientos de las últimas décadas, Venter ya se ha embarcado en el próximo proyecto. Ahora, recorrerá el mar Mediterráneo en su barco, el Sorcerer II (Brujo II), en busca de los genes que le permitan en el futuro fabricar la carta un organismo capaz de producir biocombustibles a partir de dióxido de carbono o de digerir vertidos como el que cubre el Golfo de México desde hace algunas semanas.

En cada centímetro cúbico de agua hay cerca de un millón de bacterias y más de 10 millones de virus", explica Venter frente a su barco durante la presentación del proyecto en el puerto de Valencia. "Y el Mediterráneo es un mar muy diferente de otros que hayamos podido muestrear antes. Es uno de los mares con mayor presión humana del mundo y seguro que eso hace que haya organismos muy diferentes con adaptaciones muy distintas de los de otros mares".


Valencia como punto de partida

Santiago Grisolía, el veterano (tiene 87 años) bioquímico y presidente de la Fundación Valenciana de Estudios e Investigaciones Avanzadas, con gorra de béisbol y modernas gafas de sol, ejerció de maestro de ceremonias durante la presentación. "¡Dame un abrazo!", exclamó Venter al verlo, "pareces más joven".

Grisolía no escatimó los halagos hacia su colega. "Es el científico más conocido del mundo y con razón", presentó el bioquímico. "Hace ahora diez años consiguió con medios privados adelantarse al consorcio público internacional del genoma humano y desde entonces no ha parado de cosechar éxitos".

Durante estos días Venter cumplirá con diferentes compromisos científicos y conferencias en la ciudad y después la expedición emprenderá su viaje por el Mediterráneo y mar Negro. "La tripulación lleva varios meses en Valencia preparando la expedición. Y lo ha pasado tan bien, que ahora no quieren empezar el muestreo", bromea Venter.






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