19 ene 2011

Necesitamos el encuentro entre creadores de diferentes disciplinas



Partiendo del principio de que todos somos creadores, este artículo va entrelazando ideas para exponer la necesidad de un encuentro entre creadores de diferentes disciplinas. Entiendo dicho encuentro como el resultado de las necesidades que surgen dentro del proceso de creación y en contraposición a la idea de una simple suma o yuxtaposición de disciplinas.

Se presenta, de esta manera, el problema de las jerarquías dentro de los procesos de creación artística, que conlleva la figura del “gran creador” y sus colaboradores, contraria a la participación y creación colectivas. Al final del artículo se plantea una inquietud y una propuesta de acción (lejana a un método) para experimentar en el proceso de creación entre diferentes disciplinas. Una propuesta transdiciplinar. Por Pedro Barboza.


Creo en los poderes creadores del pueblo Aquiles Nazoa

Hay una frase célebre del compositor Arnold Schönberg (3) en la que éste describe –descalifica, excluye– a John Cage (4) , no como un compositor, sino como un inventor... ¿Y acaso los creadores no siempre deberían tener esta característica de ser inventores? ¿No deberían los compositores encontrar la nueva música, re-inventar la música; incluso, la categoría música, la disciplina música? Como bien hizo Cage al darle al “silencio” su valor merecido dentro de los parámetros de la música occidental: desjerarquizar dichos parámetros y darle igual importancia a aquellos sonidos que están entre los sonidos. El silencio-ruido que siempre está entre cada uno de los sonidos-sonidos.

(dejar aproximadamente diez segundos de silencio y escuchar atentamente el entorno)

“El bosque de Cage invita entonces a un paseo por la no intencionalidad, en el que la confusión de ruido, sonido y silencio, arruina los antiguos cimientos del edificio musical”(5). ¿Y acaso no estamos en el momento en que el compositor debe, finalmente, liberarse del doremi(coma)doremifá, y abrir, no sólo sus oídos, sino todos sus sentidos? Percibir.

El inventor como organizador de “conceptos, funciones y agregados sensibles”. El artista que inventa relacionar otras disciplinas que se convierten en otra cosa, lejos de una categoría disciplinaria. Otra cosa que podemos llamar un-no-sabemos-qué-va-a-salir-de-esto, y durante el proceso de creación va agregando dimensiones, según las necesidades, a una unidad múltiple. Unidad múltiple dimensional. Procesos de creación que surgen de necesidades. Gilles Deleuze señala: “Un creador no es un ser que trabaja por el placer. Un creador no hace más que aquello de lo que tiene absolutamente necesidad”. (6)

La palabra proceso es una palabra clave en cuanto a creación se refiere. Pero, ¿a qué tipo de creación nos referimos? Podemos partir de la afirmación de que todo inicio se vincula con un proceso de creación. Todo punto de partida comienza con la creación: la creación de la vida, la creación de la comunidad, la creación de las ciudades. El Estado.

Sin embargo, se puede separar la creación que deviene de procesos - planificación humanos y la que deviene de organización - orgánicas natural, es decir, la naturaleza. Es el caso de la organización pensada de los jardines, en oposición a la organización orgánica del bosque o la selva. La primera, por lo general, depende de la planificación realizada por el jardinero (gran creador y conocedor de las especies locales). La segunda, la organización orgánica, crece por una necesidad urgente de vida. Mágico punto de encuentro entre flora y fauna. Encuentro entre especies, que, independientemente del género, se relacionan en función de preservar lo creado. La vida.

Especies y disciplinas

Una analogía con esta urgencia de vida que surge y se construye entre especies para preservar los bosques y las selvas, es, dentro de los procesos - planificación humanos, la conciencia y necesidad de la bioética. “La bioética parte más bien de la necesidad que impone el respeto por la vida. Respeto que obliga a las disciplinas a sentarse juntas para reflexionar y pactar en torno a problemas imposibles de resolver éticamente a partir de las especializaciones propias de las disciplinas”. (7) De esta manera relacionamos las especies, dentro del mundo natural, con las disciplinas. Por un lado, la selva y sus constantes encuentros y des-encuentros para preservar la natura, para preservar las especies (la lucha del más fuerte). Por otro lado, el planeta Tierra y la lucha constante por la acumulación de poder. El Capital.

Pero volvamos a la pregunta inicial: ¿a que tipo de creación nos referimos? Hemos dicho que la creación, más que un acto sublime, es una necesidad imperante. Si pensamos en la creación como acto sublime, entonces volvemos a la imagen típica (jerárquica) del creador-artista. ¿Y acaso no todos somos creadores? La respuesta a la primera pregunta sería: queremos hablar sobre la creación entre disciplinas. La pregunta que vendría ahora es: ¿qué disciplinas, cualquier disciplina? Pues... si todos somos creadores, entonces la siguiente respuesta sería: cualquier disciplina. Sólo si el proceso de creación está abierto a escuchar los ecos y las resonancias entre cualquier disciplina, según las necesidades que surjan a través del mismo proceso, entonces podemos hablar de una creación transdisciplinaria.

Y con esta última palabra llegamos a nuestro punto de inicio. Justo ahora en el medio. La creación, “entre las disciplinas, a través de las diferentes disciplinas y más allá de toda disciplina”. (8) La transdisciplinariedad. Pero, ¿qué quiere decir, realmente, esta larga palabra que suele enredarse entre la lengua y los dientes, entre los dientes y la lengua? Desde hace mucho le hemos estado buscando un sinónimo adecuado. Buscamos una palabra más corta que pueda ser conjugada, convertirla en verbo, en acción. En proceso.

Artes, ciencia y filosofía

“Lo que me interesa son las relaciones entre las artes, la ciencia y la filosofía. No hay privilegio alguno de una de estas disciplinas sobre otra de ellas. Todas son creadoras. El auténtico objeto de la ciencia es crear funciones, el verdadero objeto de las artes es crear agregados sensibles, y el objeto de la filosofía es crear conceptos. A partir de ahí, tomando estos grandes rótulos (función, agregado, concepto) aunque sean muy esquemáticos, puede plantearse la cuestión de los ecos y las resonancias que se dan entre esas actividades. ¿Cómo es posible que, en líneas completamente distintas, se produzca el encuentro entre un concepto, un agregado y una función?”.(9)

Lo que nos interesa son los procesos de creación entre diferentes disciplinas; más específicamente, procesos de creación artística, que no necesariamente involucren sólo aquellas llamadas “disciplinas artísticas”. ¿Podemos afirmar que todas las disciplinas son creadoras? Volvemos al punto anterior, en donde decimos que todos somos creadores y por ende cualquier disciplina que involucre a creadores es creadora.

En ocasiones, durante el proceso de creación de una obra artística nos conseguimos con la intersección de otras disciplinas que no entran dentro de las llamadas disciplinas artísticas. Es el caso del Laberinto cromovegetal, que se encuentra en la Universidad Simón Bolívar (USB), del artista plástico venezolano Carlos Cruz-Diez. Este laberinto está formado por distintas especies vegetales que le dan al jardín-obra los colores propuestos por el artista. Tal como explica João Martín Da Silva: “Luego de cuatro años de preparación del terreno se optó por algo más simple. Él me entregó una xerografía en colores corrientes. Yo busqué las plantas idóneas, hicimos una presentación, él las aceptó y empezamos a sembrar”.(10)

Podemos comentar esta colaboración como la de una disciplina (jardinería) que trabaja en función de realizar la idea del autor. Otra hipotética manera podría haber sido la de integrar al jardinero al proceso de creación. Proceso colectivo de pensar-crear-realizar. (Compartir autoría).

El Laberinto cromovegetal fue pensado desde su inicio como mutante en el tiempo, debido al cambio natural del color de las hojas. La idea original de sembrar las plantas en tierra fue cambiada por sembrarlas en mesetas (debido a las condiciones climáticas de la zona), así que el cambio del color es realizado por los propios jardineros que mueven de un lugar a otro las plantas. Por ende, esta obra depende de un mantenimiento-realización constante. Nos hace falta, entonces, nombrar a nuevos colaboradores: la figura del obrero-jardinero-restaurador. “Tres obreros fijos son los encargados de desyerbar, podar, fumigar, fertilizar, regar y resembrar cada trazo”.(11) ¿Acaso los tres obreros que trabajan cada día en el mantenimiento no tienen un valor importante en la obra? Definitivamente, sin la dedicación y el trabajo de estos obreros la obra no existiría.

El cine como proceso de creación

El cine es, sin duda, otro caso de procesos de creación realizados entre muchas disciplinas. Fotografía, música, actuación, diseño, sonido, entre otras. Pero, eso sí, todas trabajan en función de la idea que tiene el director (y en algunos casos prevalece la idea del productor ejecutivo). El director es la figura protagonista dentro del proceso de producción cinematográfica. La industria del cine –convencional– es una buena expresión de los sistemas jerárquicos de creación artística. Muchas disciplinas en función de un objeto final dentro de una categoría disciplinaria, en donde los profesionales de las disciplinas no participan en el proceso de creación, sino únicamente en el proceso de producción-realización.

Estos son dos claros ejemplos de la colaboración entre disciplinas que trabajan en función de una instancia central y del resultado de un objeto final, categorizado dentro de una disciplina protagonista. Obra de arte-film. Pero veamos la creación artística, no sólo como el desarrollo de la idea de una persona, un Creador, sino como el desarrollo de una idea a través de la participación de un colectivo de creadores, en donde el punto de partida sea incierto, es decir, no partimos de una línea o método de trabajo establecido. Incluso, que la categoría disciplinaria al final del proceso (si es que la hay) esté siempre entre comillas.

Para conseguir esta intersección disciplinaria, tal vez debemos comenzar por olvidarnos de nuestras propias disciplinas, al menos durante el proceso de gestación de la(s) idea(s). Comenzar el proceso de creación desde el pensamiento, siempre comenzar desde el medio, poner las disciplinas “entre paréntesis”. (12) La propuesta es: más que pensar en teatro, literatura, antropología, carpintería, informática, pedagogía, medicina, danza, filosofía, jardinería, biología, sociología, arquitectura, cine, diseño, música, etc., pensar más allá de las disciplinas; la propuesta sería pensar en color-líneas-sonido-acontecimientos-funciones-conceptos-cortes-vida-materiales-genomas-trayectos-ruidos-plantas-programación-espacios-tiempo. Y luego, como dice Deleuze, plantear la cuestión de los ecos y resonancias entre estos componentes.

Podemos definir el eco como un fenómeno que se da en un espacio de características específicas y produce la repetición del sonido emitido, por reflexión de los cuerpos duros allí presentes. Ahora, ¿cómo pensar el eco entre disciplinas? ¿Cómo pensar el eco entre los componentes de distintas disciplinas? Imaginemos. Imaginemos la proyección y reflexión de la palabra disciplina, cuya repetición sea una voz diferente a la fuente inicial. Incluso, más que un sonido diferente, una transformación paulatina del sonido (timbre) dentro del proceso de repetición. DISCIPLINA 1, Disciplina 2, disciplina 3, etc.

Si partimos de la afirmación de que un sonido es el resultado de múltiples frecuencias, entonces esta transformación –imaginaria– no es producto de un agregando o yuxtaposición de nuevas fuentes sonoras, sino de alterar las frecuencias que contienen el sonido emitido. Es como hacer un procedimiento de descodificación del sonido y transformar algunos de sus códigos en el tiempo. Seguidamente, imaginemos la proyección y reflexión de la palabra disciplina que proviene de dos fuentes diferentes. Ahora la transformación se dará entre las frecuencias de las dos fuentes. Intercambio de frecuencias. “Transcodificación”.(13)

Códigos comunes

Si descodificamos las disciplinas, encontraremos códigos comunes entre los elementos que las constituyen. Por ejemplo, la danza y la música no sólo están relacionadas en función de bailar la música o acompañar la danza. Existen códigos que pertenecen a ambas, y justamente es allí donde coinciden e interactúan. Es el caso del ruido que produce el cuerpo al moverse, o el desplazamiento del sonido en el espacio. Ya antes comentamos la relación de color entre un artista plástico y un jardinero. Seguidamente, podríamos escribir una lista infinita de encuentros entre los componentes de las disciplinas, que no son más que el encuentro entre realidades.

Ahora bien, nos toca preguntarnos: ¿será esta una manera de transdisciplinar? ¿Será esta una manera de producir ecos y resonancias entre disciplinas? Definitivamente, si partimos de este principio de transcodificación, estaremos abiertos a inventar nuevas relaciones entre los componentes de las disciplinas. ¿Será, justamente, entre los componentes de las disciplinas donde podemos encontrar ese más allá de toda disciplina?

Lo que definitivamente no nos interesa es, justamente, yuxtaponer disciplinas, agregar una disciplina por el simple hecho de sumar disciplinas. No nos interesa un simple acuerdo entre creadores, sin que surja de una necesidad. “Siempre que hay transcodificación, podemos estar seguros de que no hay una simple adición, sino constitución de un nuevo plano”.(14) El nuevo plano sería como la otra cosa, como el un-no-sabemos-qué-va-a-salir-de-esto, la categoría disciplinaria entre comillas, la unidad múltiple dimensional, la pluralidad de la cifra uno. Sólo son simples juegos entre palabras para tratar de descategorizar una acción creadora. Pero lo importante, más que nombrar o no la categoría, sería el de estar abiertos a experimentar entre creadores. Entre Personas.

“Sé muy bien que las cosas se interpenetran. Pero pienso que se interpenetran con mayor riqueza y con mayor complejidad cuando yo no establezco ninguna relación. Este es el momento en que se reúnen y forman la cifra uno. Pero, al mismo tiempo, no se obstruyen entre sí. Son ellas mismas. Son. Y como cada una es ella misma, en la cifra uno hay una pluralidad”

Escribir como último párrafo una cita de John Cage, es una manera de dejar el artículo entre citas. Entre comillas…


Pedro Barzosa es compositor y guitarrista. Miembro del Colectivo de Creación Sonora-CCS y del Laboratorio de Creación Transdisciplinaria (LCT).


Citas:

3. Compositor austriaco (1874 – 1951)
4. Compositor estadounidense (1912-1992)
5. Pardo, Carmen (ed.) (1999): Escritos al oído. Murcia: Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos, Colección de Arquitectura, 38, p. 14
6. Deleuze, Gilles (2003): ¿ Qué es acto de creación? (conferencia dictada en la cátedra de los martes en la fundación FEMIS, 1987. Traducción de Bettina Prezioso)
7. Pérez Pirela, Miguel Ángel (2007): La ciencia indisciplinada, p. 1.
8. Nicolescu, Basarab: extracto del libro La transdisciplinariedad (trad. del francés, Consuelo Falla Garmilla). Disponible en http://nicol.club.fr/ciret/espagnol/visiones.htm (Consulta: mayo 2008)
9. Deleuze, Gilles: Conversaciones. Edición electrónica de www.philosophia.cl / Escuela de Filosofía Universidad ARCIS, p. 105
10. Piñero, Daniel (2008): “Arte, color y vida”. Disponible en corriente-alterna.net.
11. Idem
12. Hofft, Pedro Federico: “Bioética y derechos humanos”. En Pérez Pirela (2007), Ob. cit., p. 20 Hofft
13. Deleuze, Gilles y Felix Guattari (2006): Mil mesetas, capitalismo y esquizofrenia. Valencia, España; Pre-textos, p. 320. La transcodificación o transducción es la manera en que un medio sirve de base a otro, o, al contrario, se establece en otro, se disipa o se constituye en otro. Ahora bien, la noción de medio no es unitaria: no sólo lo viviente pasa constantemente de un medio a otro, también los medios pasan el uno al otro, son esencialmente comunicantes.
14. Deleuze. G y F. Guattari, Ob. cit., p. 321


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