23 mar 2011

Proyecto pionero para producir sangre en cantidades industriales



Las universidades escocesas de Glasgow, Heriot-Watt, Edimburgo y Dundee, en Reino Unido, están trabajando en un proyecto pionero para poder producir sangre para transfusión en cantidades industriales, con el objetivo de acabar con los problemas de abastecimiento y asegurar la compatibilidad entre el donante y el receptor.

La escasa vida útil de las reservas sanguíneas hace que los bancos de sangre tengan dificultades para poder satisfacer la demanda de transfusiones de la práctica diaria.

Por ello, en dicho proyecto, en el que también colabora el Servicio Escocés de Transfusión de Sangre, están trabajando en el desarrollo de glóbulos rojos a gran escala a partir de células madre.


Según explica a la BBC la doctora Joanne Mountford, de la Universidad de Glasgow, el programa no intenta desarrollar sangre artificial, sino glóbulos rojos, "similares a los que el ser humano tiene en su organismo, pero producidos en el laboratorio".

En concreto, asegura, Mountford y su equipo están ahora intentando trasladar la investigación básica de laboratorio a los procesos de producción industrial, después de haber encontrado "la fuente de células madre para hacerlo".

Para ello, los científicos están trabajando con células madre embrionarias que tienen la capacidad de convertirse en cualquier tejido del organismo humano.

Así, "engañan" a estas células para que se conviertan en sangre, gracias a un proceso con múltiples etapas de diferenciación y maduración. Cuando se convierten las células madre en glóbulos rojos, se debe continuar multiplicándolas para poder obtener cantidades grandes de estas células.

En el proyecto, que comenzó hace 18 meses, participan más de diez científicos, incluidos especialistas en bioquímica, bioingeniería, genética y trabajadores sociales.

Los investigadores subrayan que todavía falta al menos una década para poder disponer en la clínica de un sustituto sanguíneo producido a escala industrial.

Por ello, por el momento el principal desafío es encontrar la mejor forma de producir glóbulos rojos a gran escala.

"Si tenemos éxito, esto no sólo beneficiará a la gente de Escocia, ya que puede ser la solución para un problema muy antiguo que afecta a millones de personas en todo el mundo", añade Mark Batho, presidente ejecutivo del Consejo Escocés de Financiación, que financia el proyecto.


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