24 ago 2012

El bonobo que construye sus propias herramientas [Video]

Este un día va a decir “¡NO!” y verás tú la que se va a liar. Se llama Kanzi, tiene 30 años y es un bonobo, un tipo de primate del que se dice que es el más próximo a los humanos. Entre otras cosas pasa la prueba del espejo (tienen autoconciencia y reconocen su propia imagen) además de comunicarse entre sí mediante primitivas vocalizaciones y gestos.


Algunos incluso han llegado a aprender un vocabulario de unas 500 palabras que les permite, mediante gestos similares a la lengua de signos (¿recordáis la novela/película “Congo”? pues está inspirada en eso) comunicarse con humanos. Son capaces de entender algunas palabras habladas en inglés (porque este es el idioma de los investigadores que han trabajado con ellos) y ahora nos sorprenden aún más. Kanzi es capaz de construir sus propias herramientas al estilo de los primeros homínidos.


En “El planeta de los simios” se nos cuenta cómo César es el primero que, en plan #indignados, decide plantar cara a lo que considera un tratamiento injusto al que se le somete y con un “¡NO!” se convierte en el primer simio en hablar.

Kanzi de momento no nos ha salido tan revolucionario, pero su comportamiento sí puede considerarse una revolución evolutiva en los primates. Se trata de un bonobo capaz de construir sus propios utensilios, algo que hasta el momento se había observado en contados especímenes de chimpancés, orangutanes, mandriles y hasta algunas aves, pero siempre de un modo muy rudimentario.

Kanzi ha sido enfrentado a problemas, como tener que extraer comida del interior de un tronco, que ha sido capaz de resolver tras varios intentos en que sólo mediante la fuerza podría tener éxito. Pero tras un par de intentos ideó otra vía más sofisticada y que ssombró a los investigadores de la Universidad de Haifa (Israel) que trabajaban con él.

Mediante diversas técnicas (usar ramas como cuña en las vetas y ranuras del tronco donde se encontraba encerrada la comida, empleo de piedras a modo de martillo y proyectil, o raspando la superficie) consiguió su propósito hasta en 24 troncos distintos mientras que otro compañero sometido al mismo reto sólo alcanzó el éxito en 2 ocasiones.


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